17/12/08

Día 27


Hoy os voy a contar como es un día en la central.

Me levanto después de que el despertador suene cinco veces y Marge me llame por tercera vez. Tomo un desayuno rico en grasas para mantenerme fuerte durante todo el duro día que me espera en el curro. Bacon, huevos fritos, chuletas, rosquillas, un perrito caliente...

Luego pillo el coche y conduzco unos quince minutos hasta la central, cuando no hay atasco. Para matar el tiempo mientras conduzco, a veces leo un poco la guía de la televisión o me dedico a insultar a los pringaos que van por la calle.

Cuando llego a la central vuelvo a desayunar con Karl y Lenni y me paseo hasta mi sitio de mandos y me hecho la siesta de la mañana. Después de mis 2 horas de siesta me centro en el panel que está en mi departamento. Miro atentamente las pequeñas lucecitas destelleantes y cuento cuantos colores hay de cada una. Normalmente no hay ningun problema, siempre parpadean igual.

Luego viene la hora del almuerzo. El repartidor viene a dejarme dos cajas de rosquillas y, si hay suerte y alguien falta al trabajo también me deja las suyas. Después del almuerzo me voy un rato con los chicos a hablar de nuestras cosas.

La tarde en el curro me la paso durmiendo de nuevo. Dejo un muñeco que se parece a mi sentado en la silla por si entra Smithers o el señor Burns. Cuando me despierto espero a que suene la sirena para irme mientras juego a hundir la flota con Karl.

¡Acaba de sonar la sirena! Yuuuhuuuuuuu ¡Me piro a casa!


1 comentario:

Enzo Buonfiglio dijo...

Hola Homer, tengo una curiosidad. ¿Qué opinas del señor Bush?¿Y de Obama?¿Cómo afrontáis tú y Marge la crisis económica?