26/10/08

Día 3


¡Tragedia! Marge no me ha traído la cerveza, dice que cree que es un buen momento para que deje de beber. Dice que tengo barriga cervecera, pssss… Si sólo fuera cerveza lo que ha hecho que me crezca la barriga… “Mmmmm… Rosquillas”.
Esta situación me recuerda a cuando hace un tiempo se prohibió el alcohol en Springfield. Creo que fueron los peores días de mi vida y pensar que todo fue porque en un desfile pillaron a un niño borracho, era Bart creo… Como si no estuvieran acostumbrados ya a sus travesuras. Miradme a mí, aquí estoy viendo a Bart por la ventana incendiando su casa del árbol con su amigo ese que lleva gafitas dentro y ni me inmuto. Si es que… ¿cuándo aprenderán?
Volviendo a lo que iba, el caso es que alguien encontró una maldita ley de hace 200 años que nadie sabía que existía, la “ley seca” se llamaba, y en menos de 24 horas ya no había ni gota de alcohol en Springfield. Al principio pensé que la ley seca era algo bueno, la gente se divertía sanamente, pero ahora sé que la ley seca es un asco. Con una Duff en la mano todo es tan bonito…doble, pero bonito…
Las mafias comenzaron a traficar con alcohol y la compañía Duff se esforzó en sacar otras Duffs 0,0, un asco. El caso es que también vino un inspector de policía nuevo, Rex Banner, con el que finalmente se terminó el tráfico de alcohol. Pero yo no podía permitirlo y me convertí en el misterioso “barón de la birra”. Hice un trato con Moe para proporcionar cerveza a su local clandestino, convertido en una pajarería. Destilaba el alcohol en casa con bañeras, llenaba las bolas de billar y lo mandaba al bar de Moe a través de los conductos de la bolera. Gané mucha pasta, pero tras las súplicas de Marge decidí dejarlo... Si hubiera seguido con el negocio ahora sería un millonario, como el tipo ese que ganó ese concurso “Quieres ser millonario”.
Al final, le eché una mano al jefe Bigun para que recuperara su puesto y me entregué. El castigo que se me aplicó fue la catapulta, pero justo antes de mandarme a hacer bolillos se descubrió que dicha ley había sido abolida hace 199 años. Gracias a Duff todos vivimos felices otra vez.
Creo que saldré yo a buscar mi propia cerveza. ¿Por qué no habrá algo como Telepizza, pero con cerveza… podría llamarse… telecerveza… ¡voy a patentar la idea!

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